Plantas de procesamiento de pollo: cómo reducir desperdicio y aumentar rendimiento
Programas de mantenimiento preventivo e higiene automatizada (CIP)

La industria avícola enfrenta uno de sus mayores retos: maximizar el rendimiento en cada etapa del procesamiento sin comprometer la calidad ni la seguridad alimentaria. Hoy, las plantas modernas están adoptando tecnologías inteligentes y sistemas automatizados para reducir desperdicios, optimizar el uso de materias primas y mejorar la trazabilidad de los productos.
Uno de los factores clave para lograrlo es la automatización de líneas de sacrificio, eviscerado y corte, que permite un control más preciso del proceso y una disminución significativa de mermas. Los equipos con sensores inteligentes y visión artificial ayudan a detectar imperfecciones, clasificar piezas y ajustar el rendimiento de forma continua.
Además, el aprovechamiento de subproductos —como piel, grasa o huesos— se ha convertido en una estrategia rentable para las plantas. Su transformación en harinas, aceites o proteínas animales genera nuevas fuentes de ingreso y reduce el impacto ambiental.
Por otra parte, la implementación de programas de mantenimiento preventivo e higiene automatizada (CIP) contribuye a una operación más sostenible, evitando paros no programados y garantizando cumplimiento normativo bajo estándares como HACCP y USDA.
El resultado es un modelo de producción más eficiente, competitivo y alineado con las nuevas demandas de sostenibilidad y seguridad alimentaria global.





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